Extrema derecha
“Las redes sociales son máquinas de subjetivación especialmente útiles a la extrema derecha”

El profesor brasileño analiza en su último libro los rasgos de la extrema derecha emergente en diversos contextos, especialmente a partir de los liderazgos de Bolsonaro, Trump y Milei.
Rodrigo Nunes
Rodrigo Nunes, profesor de Filosofía Moderna y Contemporánea en la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Río de Janeiro.
27 nov 2024 06:00

Con motivo de la presentación en España de su libro Bolsonarismo y extrema derecha global. Una gramática de la desintegración (Ed. Tinta Limón), hemos entrevistado por vía telemática a Rodrigo Nunes, profesor de filosofía moderna y contemporánea en la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Río de Janeiro, y de Teoría Política y Organización en la Essex Business School. Ha sido también profesor invitado en las universidades de Londres (2007-8), de East London (2008-2009), de Westminster (2008) y de la Jan Van Eyck Academie (2010), así como académico visitante en la Universidad de Brown (2018-2019).

Sus respuestas aportan un repertorio de singular lucidez y contundencia conceptual, desde una gestualidad política que trasciende la impotencia del progresismo.

Se respiran aires de fin del mundo conocido. Y por primera vez desde la posguerra no es la izquierda sino la extrema derecha la que cuestiona -sin inhibiciones- la democracia liberal como modelo de convivencia. ¿Se trataría simplemente de la farsa que -según el conocido aserto marxista- sucedería a la tragedia de la versión original, o estaríamos ante una crisis de época inédita, atravesada por nuevos paradigmas?
El triunfo reciente de Trump sugiere que el avance continuo de la extrema derecha quizás nos obligue a invertir el dicho: si su primera victoria tenía algo de farsa, la segunda se anuncia como tragedia. Su crecimiento entre los votantes, y particularmente la caída de los demócratas, comprueban que no estamos frente a un mero hipo, sino a tendencias de largo plazo. Hablamos de cosas como la estagnación económica, el aumento del subempleo y de la precarización, la concentración de riqueza y de poder político –muy claramente ejemplificado por la figura de Elon Musk–, el calentamiento global.

Está claro que la extrema derecha no tiene ni diagnósticos ni soluciones reales para ellas; de hecho, sus políticas solo tienden a intensificarlas. Pero ella responde a los sentimientos antisistémicos que estos problemas despiertan con la promesa de una ruptura radical, mientras que el centrismo de izquierda y derecha se dedica a la defensa de pequeños cambios incrementales, de una democracia vaciada, de instituciones sin credibilidad, de un crecimiento económico que ya no puede atender a todos.

Aunque pueda puntualmente ganar elecciones, este tipo de reacción logra como mucho retardar el avance de la extrema derecha, haciendo con que vuelva más fuerte después de un tiempo. Ha sido así en EEUU, será luego en Francia, quizás también en Alemania, y probablemente también en Brasil y el Reino Unido en unos años.

América Latina
Leandro Morgenfeld “El triunfo de Trump va a empoderar a los Milei y los Bukele”
El historiador e investigador argentino especializado en la relación entre Estados Unidos y América Latina, analiza el triunfo electoral de Donald Trump y el impacto que tendrá en una región que Washington sigue considerando su “patio trasero”.

¿Esta extrema derecha emergente en países centrales y periféricos, podría tener algunos trazos comunes en los perfiles de sus liderazgos y en sus abordajes y estrategias? Pienso en personajes como Trump, Bolsonaro, Milei…
Los rasgos comunes tienen mucho que decir sobre el momento de crisis en que vivimos. Estos son en general personajes que vienen de fuera o de los márgenes de la política, y con eso se benefician de una percepción de que las fuerzas políticas tradicionales se han vuelto indistintas. Saben utilizar bien las plataformas digitales para sobrepasar los medios tradicionales y tienen algo de la figura del troll, combinando una extrema desensibilización frente al sufrimiento del otro con una comunicación que escapa a las convenciones de la política profesional y juega con una ambigüedad constante entre la sinceridad y la broma.

Aunque sean a menudo asociados a la fuerza y la autoridad, su apelo viene antes de la combinación de la disciplina y permisividad que representan: permisividad para los que “se la merecen”, los ciudadanos de bien, los que “son como nosotros”; y disciplina para los demás. De este modo, encarnan una concepción de mundo en que el orden –las relaciones de poder que están codificadas en los valores tradicionales, pero también en las relaciones de mercado– está por encima de la igualdad formal frente a la ley. Estos últimos factores no son accesorios, sino esenciales: es lo que explica que ni los intentos de desestabilización de la democracia ni las eventuales condenas criminales acaban por debilitar estas figuras frente a sus apoyadores.

Además de estas semejanzas estructurales, hay mucha emulación y colaboración directa entre estos líderes, y por ende bastante intercambio de técnicas, tácticas y estrategias.

“La extrema derecha logra desplazar hacia otros jugadores un rechazo que podría estar dirigido contra las reglas del juego”

¿Qué es lo que está agotado para esos amplios sectores, de la realidad construida bajo el orden liberal, que esta ultra derecha sabe interpretar y traducir en políticas activas?
Las políticas efectivamente implementadas no traen soluciones a ese agotamiento sino la radicalización de sus condiciones. Pero esto no importa porque la extrema derecha logra desplazar hacia los otros jugadores un rechazo que podría estar dirigido contra las reglas del juego.

Más de cuatro décadas de hegemonía neoliberal han producido una explosión de la desigualdad, y por lo tanto una gran cantidad de perdedores. Hubo, sin embargo, un momento en los años 90 y 2000 en que una sucesión de burbujas financieras creó en muchas partes una ilusión de expansión y las condiciones para políticas de reconocimiento que favorecieron a sectores de grupos históricamente marginalizados como mujeres, personas LGBTQIA, negros etc. Es lo que Nancy Fraser nombró “neoliberalismo progresista”, frecuentemente patrocinado por una vieja socialdemocracia que se había vuelto, en términos económicos, ardientemente neoliberal.

“La naturalización de esta idea de que, en la base de la pirámide social, hay un conflicto inevitable de todos contra todos, facilita la operación retórica elemental de la extrema derecha, que consiste en promover la confusión de derechos con privilegios y viceversa.”

La crisis de 2008, cuyos efectos siguieron propagándose por el mundo durante los años siguientes, y que en algún sentido nunca se acabó, pone fin a este momento. De cierto modo, es la plausibilidad de las promesas de buena vida del neoliberalismo que se acaba ahí, porque la economía nunca volvió a ser lo que era, y porque queda claro que, en horas de crisis, será la gente común que pagará para mantener las ganancias de los más ricos. Lo que resta, entonces, es una disputa cada vez más feroz por migajas cada vez menores, una perspectiva que la sombra del cambio climático vuelve aún más siniestra. La naturalización de esta idea de que, en la base de la pirámide social, hay un conflicto inevitable de todos contra todos, facilita la operación retórica elemental de la extrema derecha, que consiste en promover la confusión de derechos con privilegios y viceversa.

Opinión
Opinión La eclosión del autoritarismo reaccionario y otras nueve tesis sobre la victoria de Trump
La victoria del candidato republicano nos ha demostrado que estamos en una nueva era: la del neoliberalismo autoritario, en donde el camino del mal menor propuesto por los Demócratas ha sido la fórmula más rápida para llegar al mal mayor.

Mucha gente ha perdido derechos y calidad de vida en las últimas décadas; al mismo tiempo, ciertos grupos han logrado conquistar algunos derechos básicos que les eran históricamente negados. La extrema derecha señala los segundos a los primeros y dice: has estado perdiendo derechos porque esta otra gente aquí ganaba privilegios. Al mismo tiempo, algunos cambios sociales, como el crecimiento del rechazo a actitudes racistas, sexistas y homofóbicas, han efectivamente implicado una pérdida de privilegios entre grupos históricamente dominantes como blancos, hombres, personas cis-hetero. La extrema derecha entonces presenta a éstos como víctimas a quienes se han quitado “derechos” como los de hacer bromas sobre gays y negros, o de que la violencia doméstica sea tratada como cuestión privada.

“Es central para la formación del ideario neoliberal que quien dice “justicia social” está realmente diciendo “ventajas arbitrarias dadas a este o aquel grupo social a cambio de apoyo político”

A diferencia de la izquierda, la extrema derecha define sus enemigos con claridad. ¿Cómo consigue crear un bloque subjetivo reactivo homogéneo ante: los musulmanes, el feminismo, lxs LGTBI, el comunismo -en una versión genérica que incluye a Cuba, Maduro, Petro, la socialdemoracia europea...?
Los objetos de odio y repulsa pueden cambiar de país a país, pero la operación de constitución del enemigo tiene siempre por base el movimiento que acabo de explicar: la confusión entre derechos y privilegios permite establecer cadenas de equilibrio variables entre “víctimas” y “privilegiados” bastante distintos entre ellos.

A esto se suman otros dos elementos, que tienen un rol primordial en la costura retórica de los demás. Primero, la amenaza fantasmática del comunismo, que puede aplicarse a tantas más cosas cuanto menos base tenga en cualquier dato real. La extrema derecha presenta la derrocada del neoliberalismo progresista tras 2008 no como un capítulo de la historia de un proyecto antipopular como el neoliberal, sino como parte de un largo y altamente planeado proyecto progresista: la idea de “globalismo” establece una gran continuidad entre iluminismo, estado de bienestar, socialismo y neoliberalismo. Y ahí entra, segundo, la desconfianza de gente como Mises y Hayek contra la noción misma de “justicia social”. Es central para la formación del ideario neoliberal que quien dice “justicia social” está realmente diciendo “ventajas arbitrarias dadas a este o aquel grupo social a cambio de apoyo político”. Las dos cosas se combinan en la idea de que el plan comunista de largo plazo consiste en sobornar distintos sectores con el fin de establecer un gran régimen global totalitario. Suena fantástico, pero es al mismo tiempo muy efectivo en términos de crear una sensación de urgencia –aquí y ahora se está jugando una batalla por el futuro de la humanidad–, lo que justifica todo tipo de acción que se pueda tomar en el presente.

Estados Unidos
Estados Unidos La liga de los deleznables: Trump lanza el no va más para su segundo mandato
Acusados de violencia sexual, abiertamente racistas y sionistas, destacados antivacunas y haters profesionales de China. El equipo elegido por Donald Trump no defrauda a los militantes de la extrema derecha mundial.

¿Qué papel les cabe en las estrategias de la extrema derecha a los soportes provenientes de las nuevas tecnologías y las redes sociales? ¿Cómo se articulan las lógicas y lenguajes de aquéllas con las propuestas de modelos de vida de la extrema derecha?
Las redes sociales son máquinas de subjetivación especialmente útiles a la extrema derecha. Primero, porque dan continuidad al entrenamiento en la lógica del emprendedor de uno mismo que es central al neoliberalismo: todos ahí somos gestores de un capital mediático y social.

Segundo, porque su arquitectura está orientada a la captura de la atención y organizada por la recursividad de los algoritmos. Esto quiere decir no sólo que ellas siempre tienden a ofrecer el contenido que despierta las emociones más fuertes, lo que suele incluir mensajes extremos; sino que nos ofrece siempre más de lo mismo que ya hemos visto, creando “madrigueras del conejo” que van progresivamente constituyendo universos informacionales paralelos de fuentes que se confirman mutuamente.

“Cuanto más publicamos sobre un determinado tema, más el algoritmo nos aproxima del público que usualmente lo consume; y cuanto más este sea nuestro público, más incentivos tendremos para asumir y radicalizar las posiciones por él compartidas

La recursividad se manifiesta igualmente en que, cuanto más publicamos sobre un determinado tema, más el algoritmo nos aproxima del público que usualmente lo consume; y cuanto más este sea nuestro público, más incentivos tendremos para asumir y radicalizar las posiciones por él compartidas. Es así que se dan las dinámicas de polarización que vemos por todas partes hoy, que generan grupos internos que se definen más y más por el rechazo e incluso el odio a uno o más grupos externos.

¿Ves alguna relación entre las recientes experiencias de gobiernos progresistas en América Latina y la emergencia de extremas derechas locales?
Hubo un momento en que en América Latina se llegó a hablar de “post-neoliberalismo”, como si estuviéramos efectivamente en un proceso de transición hacia alguna otra cosa. Por fin, se trataba más bien de un arreglo temporario, en que el boom de las commodities ocasionado por la expansión de la economía china permitió a estos gobiernos combinar una gestión macroeconómica neoliberal con políticas redistributivas que raramente atacaban condiciones estructurales. En su auge, este arreglo obtuvo el apoyo de buena parte de la población, del sistema político y del capital.

Cuando las circunstancias cambiaron, vino una crisis económica que generó un descredito institucional muy grande, abriéndole espacio a una derecha que echaba la culpa a las políticas redistributivas del progresismo y prometía una ruptura radical con un “establishment” ahora asociado a la izquierda. Los sectores que más se habían beneficiado de la situación anterior, la industria extractiva y las finanzas en particular, vieron ahí una oportunidad de consolidar la fuerza que habían venido ganando en las últimas décadas.

Análisis
Análisis El bolsonarismo sin Bolsonaro: una nueva coyuntura política en Brasil
Con la inhabilitación del ex presidente, el cambio de ciclo político en Brasil está asegurado porque el bolsonarismo se ve obligado a reconfigurarse y también exige a sus oponentes a cambiar de estrategia.

Las iglesias evangélicas brasileñas son preexistentes a esta extrema derecha y tienen fuerte presencia en la vida de la base de la pirámide social. Tanto que el PT y el propio Lula otrora se empeñaron en tejer alianzas; sin embargo, ellas han preferido aproximarse a la derecha extrema. ¿Cuáles son las claves de este entendimiento? ¿Qué papel les cabe en las propuestas estratégicas de la extrema derecha?
Con las iglesias evangélicas pasó lo mismo que con estos sectores de que hablaba: la apuesta por una conciliación que era posible en el corto plazo terminó por fortalecerlas en el medio plazo, y cuando la alianza con el PT dejó de ser necesaria, ellas lo descartaron sin más.

Hay que decir siempre que los evangélicos no son un bloque monolítico y, como parte expresiva de la población, es perfectamente legítimo que estén representados en la política. Sus líderes saben ser pragmáticos y estuvieron con el PT mientras este era popular entre su base. Sin embargo, la gran mayoría de sus representantes políticos son empresarios de la fe que utilizan la agenda moral conservadora como instrumento para sus intereses comerciales y una agenda de desregulación. En ambos sentidos, por lo tanto, tienen en la extrema derecha un aliado mucho más natural.

“Es la misma promesa que atrae al extractivismo predatorio, la industria petrolera, el Valle del Silicio: nadie te va a regular, nadie te va a fiscalizar, todo de lo que seas capaz, eres libre para hacer”

¿Y qué papel le cabe al narcotráfico?
No hay narcotráfico en gran escala sin involucrar administraciones portuarias y carcelarias, controles de frontera, las fuerzas armadas y la policía. La política es, por eso, una necesidad estratégica para los narcos, y ellos están cada vez más metidos en ella. Pero no sólo ellos: están también la minería y los madereros ilegales, las milicias rurales, que son el brazo armado del latifundio, y las milicias urbanas, formadas por agentes del aparato de seguridad del estado que se organizan como empresas criminales de dominación territorial y extracción de rentas de todos los tipos. Uno de los síntomas de esta “brasilianización” con que la ciencia social amenaza el mundo desarrollado desde los 90 es una proliferación de pequeñas soberanías locales, lo que implica un vaciamiento progresivo de la autoridad estatal.

Lo que aproxima a la extrema derecha a todos estos agentes, incluso los pastores evangélicos, es un horizonte final que llamo en el libro de estado de naturaleza diferencialmente distribuido: una situación en que el estado abdica de la función de mediación del conflicto social y deja el terreno libre para que quien tiene algún tipo de poder pueda ejercerlo sin límite hasta donde alcance. La esfera de poder puede ser el hogar (para el jefe de familia), la iglesia (para el pastor), el territorio (para el miliciano o el narcotraficante). Es la misma promesa que atrae al extractivismo predatorio, la industria petrolera, el Valle del Silicio: nadie te va a regular, nadie te va a fiscalizar, todo de lo que seas capaz, eres libre para hacer.

La izquierda brasileña ha sufrido una manifiesta derrota en las recientes elecciones municipales. En 2026 hay elecciones presidenciales en Brasil. ¿Le ves chances electorales a la ultraderecha? En caso afirmativo, ¿cómo entenderlo con los datos que ofrece el presente?
Quien más creció en las municipales fue una derecha más tradicional, pero que no hesita en reciclar temas y tácticas de la extrema derecha. Aunque ésta también haya crecido, Bolsonaro fue a menos porque cometió el error de empeñarse en candidatos derrotados, en vez de esforzarse por otros que salieron victoriosos. Pero lo que las elecciones han demostrado es sobre todo la vitalidad de la extrema derecha más allá de Bolsonaro, su capacidad de producir nuevos líderes en condiciones de ocupar su lugar si se mantiene la decisión judicial que le prohíbe presentarse en 2026. Con la victoria de Trump, por otro lado, sin duda aumentará la presión sobre las instituciones brasileñas para revertirla.

Tras muchos años de anomalía constante, el nuevo gobierno Lula ha traído una bienvenida normalización. Pero estos resultados confirman lo que ya dije antes: el diálogo y el centrismo no son suficientes para detener a la extrema derecha.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Brasil
Brasil El Gobierno Lula, prisionero de las maniobras del Congreso brasileño
Los líderes de los partidos de centro celebran la elección de los presidentes del Congreso y el Senado como una clara demostración del poder ampliado que poseen sobre el Gobierno para aumentar su influencia sobre los fondos públicos.
Brasil
Ana Carolina Lourenço y Fabiana Pinto “Organizar la imaginación es la lucha de nuestro tiempo”
En la vanguardia de los movimientos que plantaron cara a la extrema derecha bolsonarista, las mujeres negras cuentan con una largo recorrido en la disputa política brasileña. Un libro recoge su genealogía y sus miradas para el futuro.
Galicia
Investigación Varios refugiados denuncian a la ONG Rescate Internacional por explotación laboral y agresión sexual
La Guardia Civil investiga al centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran trabajar sin contrato a cambio de 50 euros semanales. La ONG gestiona 1.700 plazas del programa estatal de acogida.
Violencia machista
Violencia institucional Un observatorio registra en un año más de un centenar de casos de violencia institucional contra las mujeres
El Observatorio de Violencias Institucionales Machistas, creado hace un año, recoge 117 casos de violencia institucional contra las mujeres, la mitad de ellos cometidos por el sistema judicial.
Palestina
Ocupación Isarelí Primera movilización unitaria contra el genocidio en Palestina y por el fin del comercio de armas con Israel
Este sábado 10 de mayo se espera en Madrid una asistencia multitudinaria de personas venidas desde cientos de municipios de todo el Estado español para concentrar la protesta de los ataques indiscriminados del Israel contra la población palestina.
Tribuna
Tribuna Para acabar de una vez con las nucleares: sobre el último intento de prolongar la vida de las centrales
Los voceros de la nuclear han encontrado la oportunidad ideal para difundir sus bulos con el apagón del 28 de abril. Quieren generar polémica para mantener operativa una infraestructura innecesaria, peligrosa y que genera residuos incontrolables.
Laboral
Laboral Al borde de la huelga en la educación pública vasca
Los cuatro sindicatos convocantes denuncian que el Departamento de Educación vasco no se han sentado a dialogar hasta este viernes pocos días antes de los paros
Comunidad de Madrid
Luis A. Ruiz Casero “Durante la transición la cárcel de Carabanchel albergó a más presos que en algunos años del franquismo”
De los presos franquistas que construyeron el penal, pasando por los que fueron fusilados, hasta los revolucionarios que pusieron patas arriba el centro penitenciario con iniciativas como la COPEL, Luis A. Ruiz Casero ofrece en 'Carabanchel. La estrella de la muerte del franquismo', un documentado homenaje a las luchas de las personas internas.
Opinión
Opinión ¡A la mierda Europa!
Hay otra Europa que es víctima de la Europa neoliberal y belicista que apuesta por la industria de las armas a costa de los derechos sociales, es una Europa que se muere de vergüenza cada vez que ve imágenes de Gaza o Cisjordania.
Laboral
Laboral Los sindicatos convocan huelga en Mediapro durante las últimas jornadas de la liga de fútbol
El final de la liga de fútbol podría no verse en televisión si la empresa HBS, nueva adjudicataria de la producción de La Liga, no garantiza la subrogación del personal. Los sindicatos han convocado huelga del 13 al 27 de mayo en el grupo Mediapro.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Análisis
Análisis ¿Existe una identidad europea?
El 9 de mayo se celebra el “día de Europa”, que conmemora la paz y la unidad en el continente y que coincide con la declaración presentada en 1950 por Robert Schuman que sentó las bases de la cooperación europea. Pero, ¿qué es Europa realmente?
Sanidad
GENOCIDIO EN GAZA 200 trabajadoras del Hospital de Cruces piden vetar los fármacos de Teva Pharm
Las profesionales sanitarias registraron el pasado 2 de mayo una petición ante la Dirección de Osakidetza para exigir la retirada inmediata de todos los productos de la farmacéutica israelí.
Ayuntamiento de Madrid
Fórmula 1 en Madrid Madring: el gran evento de la “marca Madrid” que no respeta trámites ni esperas
El Ayuntamiento ha aprobado la licencia de obras del futuro circuito de Fórmula 1 mientras el plan urbanístico del mismo está recurrido en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y sin resolver a las alegaciones de la oposición ni vecinales.
Madrid
Madrid El grito de ‘Altri Non!’ llega al Congreso de los Diputados
La Plataforma Ulloa Viva y organizaciones ecologistas exigen directamente al Gobierno español que rechace subvencionar el proyecto de la macrofábrica de celulosa y que respete la voluntad del pueblo gallego.
Más noticias
El Salto Radio
El Salto Radio Malismo
Hacerse el “malote” aporta beneficios: entrevista con Mauro Entrialgo, autor de Malismo, un ensayo sobre los mecanismos de ostentación del mal
Libertad de expresión
Libertad de expresión La Justicia da la razón al humorista Héctor de Miguel, Quequé, frente a la denuncia de Abogados Cristianos
La Audiencia Provincial de Madrid estima el recurso de apelación presentado por Héctor de Miguel, imputado por unas declaraciones tras una denuncia de Abogados Cristianos.

Recomendadas

Pensamiento
Lola Olufemi “No me atraen las utopías lejanas, estoy más interesada en el ahora”
La escritora e investigadora británica Lola Olufemi trabaja desde la certeza de que el presente no es una jaula, desde la confianza en que viviremos cosas diferentes aunque no se sepa exactamente de qué tipo van a ser.
Industria armamentística
Genocidio Las relaciones armamentísticas de España e Israel han sido “más lucrativas que nunca” desde octubre de 2023
Un informe del Centre Delàs señala diferencias significativas en las armas que España dice que ha vendido a Israel y las que Israel registra. Las empresas israelíes han firmado 46 contratos con las administraciones por más de mil millones.
Catalunya
Acción directa Las Sublevaciones de la Tierra francesas llegan a Catalunya: “Necesitamos una forma nueva de luchar”
Una acampada de tres días y una acción simbólica han sido el pistoletazo de salida de Revoltes de la Terra. La organización ha sido capaz de unir a ecologistas de campo, de ciudad y campesinado en una dinámica de lucha “nueva”.